La ministra de finanzas ha comentado que su país se niega a asumir las deudas del resto de países de la zona euro. Reconozco que no me pilla de sorpresa. Y en el fondo lo entiendo. Pongámonos en el lugar de los fineses:
-Hay un país (llamémosle España por ejemplo) que ha solicitado ayuda financiera para su sector bancario y que pretende que se recapitalicen sus bancos con el dinero aportado por el resto de países de la UE. Este país, tiene un déficit galopante, por lo que ha gastado mucho más de lo que ha ingresado, y en su sector bancario están atravesando problemas de liquidez debido a la mala gestión de las entidades. El gobierno de ese país llamado España, prefiere rescatar a sus bancos en vez de dejarlos caer, como sí lo están haciendo cientos de empresas faltas de liquidez y en concurso de acreedores.
-Es más, ese gobierno no tiene ninguna intención de buscar responsables de la situación actual, por lo que no hay una mínima garantía de que esa mala gestión de los bancos se vuelva a producir. Hay un partido minoritario que ha puesto una querella pero que no se ve respaldada por la mayoría del congreso que, curiosamente tiene en los miembros del consejo de administración de esas entidades financieras a muchos de sus miembros.
- A nosotros los fineses nos exigen que aportemos dinero junto a los demás, para que el sector financiero de ese país llamado España se pueda recuperar. Ese dinero se aportaría vía subida de impuestos, o reducción del gasto público en inversiones en nuestro país, Finlandia.
¿de verdad merece la pena prestar un dinero a ese país llamado España? Parece que la ministra de finanzas de Finlandia lo tiene claro. Y no puedo culparla por ello la verdad. Al final se llegará a algún acuerdo, porque la UE es demasiado grande para que se disuelva pero nosotros debemos hacer los deberes también. Y por cierto, esos deberes no pueden recaer siempre en los mismos.
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