viernes, 22 de marzo de 2013

La mala gestión bancaria en Chipre; la importancia de la diversificación

Como expliqué en mi entrada anterior, los depósitos son un dinero que el banco invierte por nosotros para darnos una rentabilidad. Para minimizar el riesgo de esos depósitos y obtener esa rentabilidad (puesto que en teoría se nos ofrece como algo seguro y garantizado) se debe llevar a cabo una adecuada estrategia de diversificación ¿qué ocurrio en Chipre? Justamente todo lo contrario.
Cuando se toman decisiones sin atender a criterios objetivos puede haber complicaciones, sobre todo en economía. Pues en el caso de Chipre eso es precisamente lo que ocurrió. En lugar de invertir el dinero de los depositantes en distintos activos, minimizando la posibilidad de pérdidas (diversificación) se utilizó la mayoría de ese dinero para comprar deuda pública griega. Por afinidad política, por favores, por lo que sea. Pero NO siguiendo criterios económicos minimizadores del riesgo.

El problema de los depósitos

En los últimos días (y lo que nos queda) estamos asistiendo al esperpento del rescate de Chipre. Y eso me ha hecho reflexionar a la hora de escribir esta entrada ¿deben los depositantes asumir las pérdidas del conjunto de la banca? ¿es que nuestros ahorros no están a salvo? Para responder a eso, hay que entrar a fondo en varias cuestiones. 
Cuando nosotros metemos un dinero en una entidad financiera en un depósito (coloquialmente un "plazo fijo") el banco nos dice que nos va a dar un % de rentabilidad al año, el que sea. Pues bien, ese % no nace por generación espontánea. Para generar esa rentabilidad que posteriormente se nos da, el banco con ese dinero tiene que invertirlo. En renta fija, en renta variable, en activos inmobiliarios, en deuda pública... Pero como cualquier inversión, puede subir o puede bajar ¿que ocurre? A nosotros no nos dicen nada de eso. Nos dicen que

lunes, 11 de marzo de 2013

¿empresa pública o empresa privada?

Una conversación de facebook con un amigo esta tarde me ha animado a escribir esta entrada. En dicha conversación, en la que discutíamos sobre el Tribunal de Cuentas (ese órgano rápido donde los haya, que creo recordar que iba por el análisis de las cuentas de 2008 del PP, y eso que solo estamos a 2013) ambos estábamos de acuerdo en que funcionaba mal, solo que yo abogaba por privatizar ese órgano (o que directamente desapareciese) y mi amigo defendía que se le dotara de más medios y que siguiese siendo público. Voy a explicar porqué en este caso, creo que sería mejor que las auditorías de los partidos políticos y demás las llevasen a cabo organismos privados (dejando a un lado el conflicto de intereses que se produce al ser un órganismo público el encargado de las auditorías del sector público)