viernes, 19 de octubre de 2012

Tasa Tobin, ¿la panacea?

Parece que tras años de lucha ha llegado la Tasa Tobin. España y varios países más de la UE sellaron hace unos días su compromiso de adopción de la misma, según la cual, se abonará un 0,1% en cualquier compraventa de acciones y bonos y un 0,01% en compraventa de derivados financieros (opciones, futuros, swaps y demás) Mi compañero de trabajo Antonio Pérez Madrid escribió esta semana un artículo sobre la Tasa Tobin en el cual expone que al final esta tasa, que ha sido vendida por los políticos como la factura de la crisis a la banca, la pagaremos todos nosotros. Básicamente estoy de acuerdo con eso. Pero me gustaría reflexionar sobre ciertos aspectos de esta tasa.
  • Esta tasa se supone que es buena porque pretende combatir la especulación y que la banca pague. Pero ambos argumentos no están bien defendidos ni son ciertos, sobre todo el segundo. Si pretende combatir la especulación ¿por qué grava la compraventa de acciones más que la de derivados? Aunque los derivados pueden utilizarse como instrumentos de cobertura, son mucho más especulativos que acciones o bonos, que al final cualquier pequeño ahorrador puede operar con ellos, al contrario que con futuros u opciones (dejando aparte escándalos como la comercialización fraudulenta de swaps y preferentes a pequeños clientes) Y lo de que la banca pague por la crisis, para mí, después de inyectar dinero en las entidades financieras (y no poco) me suena casi a chiste. Además, ¿alguien se cree que la banca no va a repercutir esa tasa al cliente?
  • Se van a recaudar 56.000 millones de euros en toda la zona euro que aporte la tasa. Ahí tenemos el kit de la cuestión. Esto es única y exclusivamente para sacar dinero. Podían haberse inventado un impuesto por respirar, por existir o un impuesto europeo sobre gasolina. La finalidad sería exactamente la misma. Y esa no es la finalidad que propuso Tobin en su día. Para él la cantidad de dinero recaudada era secundario, lo importante era evitar las operaciones a corto plazo de divisas. El pobre debe de estar revolviéndose en su tumba (Entrevista a Tobin un año antes de su muerte)
No me parece nada mal que se castigue al sistema bancario por la crisis. Para empezar, habiéndolas dejado quebrar en su momento como cualquier otra empresa de otro sector. Y si se quiere poner una tasa a la banca, que se haga de una manera efectiva, que de verdad se asegure de que lo paga la banca (aunque se que eso es bastante complicado)

viernes, 12 de octubre de 2012

El problema del déficit público en España

Un Estado, como España, tiene a lo largo del año unos ingresos y unos gastos. Los ingresos provienen de los impuestos que la gente paga y de cosas como por ejemplos las loterías. Y los gastos pues son las diferentes prestaciones sociales, así como las carreteras, la policía, bomberos y demás servicios. Al final de cada año, la diferencia entre ingresos y gastos será mayor o menos que 0. Si es mayor el Estado tendrá superávit y si es menor tendrá déficit. Lo habitual es que tenga déficit puesto que con los ingresos no alcanza a cubrir el gasto público de nuestro llamado Estado de Bienestar. Y ese déficit lo tiene que financiar con deuda pública. En el caso de España, de momento lo puede hacer por dos razones:

- España ronda el 70% de deuda pública sobre el PIB, que es un porcentaje muy bajo comparado con otros países (Estados Unidos estaba cerca del 100%) El problema de esto es que el denominador de esta relación (el PIB) no solo no va a aumentar a corto plazo sino que va a disminuir, con lo que esta magnitud va a subir y habría que comprobar que no se volviera insostenible. 
- El mercado le compra deuda a España actualmente sin problemas; en otras palabras, hay demanda de deuda española. El problema es la prima de riesgo, que hace pagar unos intereses muy altos al Estado. Más intereses = más gasto financiero = más déficit.

El pedir prestado (emitir deuda) no es nada malo. Si tu tienes un proyecto con el que vas a ganar un 10% y necesitas una gran suma de dinero puedes emitir deuda que te va a costar el 4% y vas a salir ganando. El problema es que lo que España financia son gastos de los que en gran parte no obtiene un rendimiento en forma de rentabilidad. En otras palabras, es como si pagara un 5% por ejemplo, y obtuviese un 0. Y ahora mismo España tenía un déficit muy alto ya (un 8,5% del PIB en 2011) Y si además, asume rescates a la banca o a las constructoras de autopiestas, pues más alto todavía.

Solución: Hay que reducir el déficit. Menuda novedad ¿eh? Ya estareis hartos de oir eso. Pero es que es así. Entiendo que el Estado del Bienestar tenga que tener un déficit estructural que no se pueda eliminar a corto plazo, pero hay que cumplir con la Unión Europea que ponía como requisito hace unos años un déficit máximo del 3% sobre el PIB. Y para reducir el déficit, o bien se aumentan ingresos o bien se reduce gasto público o las dos cosas juntas. La única forma que veo yo ahora mismo de aumentar ingresos sería sacando a la luz todo el fraude fiscal que hay (ojo, no confundir con la amnistía fiscal, auténtica patraña y tomadura de pelo) Y en cuanto a reducir gastos, eliminación de duplicidades en la Administración y de altos cargos, asesores, organismos que no sirven para nada etc etc. Es decir, reducción del modelo de estado mastodóntico que tenemos. Y por supuesto nada de rescatar empresas en quiebra, las pérdidas que recaigan en sus accionistas y punto. Una vez hecho, analizar números y si el pueblo tiene que hacer algún sacrificio, explicándolo y con gestos de buena voluntad por parte del gobierno (corruptos juzgados, bajada de sueldos de los altos cargos antes que de la gente de apie...) estoy seguro de que lo haría sin ningún problema. 

Hay otra solución que defienden algunos y es simplemente que no se pague lo que se debe (o parte de lo que se debe) y ya está. Declararse moroso (el famoso default) Para mí eso sería una catástrofe. ¿quién nos financiaría entonces? Yo no lo haría desde luego ¿para que no me devuelvan el dinero porque sí? La adopción de esa postura sería muy peligrosa y contraproducente para España. No solo por la falta de financiación, sino por la pérdida de confianza en nosotros por parte del resto del mundo.